Tres preguntas sociológicas sobre la digitalización de la sociedad

En un conocido manual de ingeniería, que enseña cómo representar información con sistemas digitales, el autor, un destacado ingeniero computacional, realiza una observación sociológica: «los sistemas digitales desempeñan un papel tan destacado en la vida cotidiana que el actual periodo tecnológico se conoce como “era digital”» (Morris Mano, 2003), para luego pasar a describir sus múltiples aplicaciones en diversas áreas y explicar las intrincaciones de la lógica y los circuitos digitales. En ello, es posible que los propios diseñadores de estas tecnologías no previeran su impacto social, repitiéndose así el problema de las «consecuencias imprevistas de la acción» planteada por Robert Merton (1936) y ejemplificada varias veces en los estudios sociohistóricos de Max Weber sobre el desarrollo de la modernidad.

¿Cómo entender esta “era digital”? ¿Basta un enfoque rigurosamente tecnológico o puramente humanístico? Nuestro apuesta es transdisciplinar: comprender lo que entrañan estas tecnologías, abrir su caja negra, y de allí interrelacionarla con la acción social, abriendo la caja de Pandora. Podemos afirmar de forma general que la tecnología digital posee tres propiedades. La capacidad de representación de la realidad, mediante abstracción, diferentes formatos multimediales y simulaciones. La capacidad de conexión, que relaciona de forma más fluida esas representaciones digitales, reduciendo las fronteras espaciales. Y la automatización, que implica el procesamiento de información de forma automática, condensando la temporalidad.

¿Cómo se relacionan estas propiedades con la acción social? Si lo digital posee la capacidad para representar la realidad, entonces ¿se está creando una realidad paralela al mundo “real” con su propia lógica? ¿una sociedad distinta? Si lo digital reduce la espacialidad entonces ¿realmente se están acortando las fronteras con el «otro»? ¿estamos dialogando entre diferentes o nos encerramos cada vez más en nuestros círculos sociales y burbujas de información? ¿vivimos en una sociedad más conectada o fragmentada? Y si lo digital impulsa la automatización y condensa el tiempo ¿qué procesos se están automatizando y que se gana con ello? ¿mayor autonomía o control? ¿mayor productividad u ocio?

Son preguntas abiertas, que reflejan un punto de partida más adecuado que partir de posiciones celebratorias o condenatorias de las tecnologías digitales, en las que caen varios debates públicos. Son preguntas grandes, pero necesarias para una comprensión en perspectiva sociohistórica de cómo están cambiando nuestras formas de interacción social.

Imagen: Portada de un albúm de la banda retrowave Riot

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