Si alguna vez has escuchado las frases “habla como colla”, “así hablan los cambas”, “habla como jailona”, “habla como pitita” o “hablas como masista”, continúa leyendo este texto donde se hablará y reflexionará acerca de las variantes del castellano boliviano y los estereotipos existentes respecto a maneras particulares de hablar en nuestro contexto. Este texto se encuentra enriquecido con comentarios de la lingüista boliviana Patricia Alandia Mercado.
¿Cuántos tipos de español se habla en Bolivia?
El español es el principal idioma de Bolivia y existen variaciones dialectales del mismo. Si bien desde una perspectiva lingüística o gramatical la lengua constituye un sistema lingüístico conformado por un conjunto de reglas y signos que comparten las y los hablantes, en la vida real esta es diversa y existe una serie de variantes dentro de la misma. Si hablamos de variedades de la lengua, podemos hablar de:
– Variedades geográficas (diatópicas)- Dialectos: Conjunto de rasgos lingüísticos de las y los hablantes de una determinada zona geográfica, también conocidos como dialectos.
– Variedades socioculturales (diastráticas)– Sociolectos: Conjunto de rasgos lingüísticos influenciados por factores como la estratificación social, aquí se encuentran los sociolectos.
– Variedades situacionales (diafásicas)- Fasolectos: Conjunto de rasgos lingüísticos que emplea una o un hablante en una situación y contexto determinado.
– Variedades históricas (diacrónicas): Conjunto de rasgos lingüísticos enmarcados dentro de una época concreta.
El estudio de la lingüística en Bolivia es una ciencia poco explorada, especialmente el estudio de las variedades del español y ni qué decir del estudio de las lenguas indígenas. Sin embargo, según algunas investigaciones existentes en torno a la clasificación de las variaciones dialectales del español en nuestro país, podemos nombrar dos propuestas.
Por un lado, el lingüista estadounidense John Lipski (2007), plantea que en Bolivia se hablan cuatro dialectos del español. El primero es el dialecto andino del altiplano, caracterizado por el contacto entre el español y el quechua y el aymara. El segundo, el dialecto camba, se distingue por la reducción de las consonantes final de la sílaba, el empleo del pronombre “vos”, el diminutivo -ingo, y por poseer un léxico influenciado por las lenguas indígenas de la zona. El tercer dialecto es el perteneciente a la zona geográfica del Chaco y Tarija que se caracteriza por una leve aspiración de la /s/ preconsonántica. Y, por último, el dialecto tradicional afroyungueño, menos conocido y estudiado que el resto de los anteriores y considerado una variante etnolingüística, que según el autor surgió en la época colonial, y de hecho, sería la variedad lingüística afroamericana más antigua y estaría casi extinta.
Por otro lado, el lingüista boliviano José G. Mendoza (2015) sostiene que en Bolivia hay tres variedades regionales del español: andina, oriental y sureña. El español de la región andina se subdivide en dos variantes; la del altiplano, que abarca la variedad hablada en los departamentos de La Paz y Oruro; y la variante valluna, hablada en los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí. Mientras que el español de la zona oriental se subdividiría en tres variedades: el de Beni, el de Santa Cruz y el de Pando. Y, por último, Mendoza distingue la variedad sureña comprendida por dos variaciones, el español chapaco y el español chaqueño, el primero hablado en Tarija y el segundo hablado en la zona del Chaco respectivamente.
Si bien de acuerdo a estas clasificaciones pareciera que los dialectos se encuentran limitados solamente por las fronteras existentes entre los departamentos, en verdad estos límites no coinciden con lo que sucede en la vida real.
“Mi español es mejor” diciendo
No es coincidencia que algunas y algunos bolivianos piensen y asuman que su español es mejor que el del resto de las personas, y, por ende, critiquen, se burlen y desprecien un español diferente al suyo. Esto tiene que ver con el dialecto, un término que históricamente tiene una connotación negativa y se lo asocia con “un habla inferior”, sin embargo, para las y los especialistas del lenguaje, el dialecto no tiene nada de malo, simplemente se trata de un término que se usa para una variedad de lengua compartida por un grupo de personas.
Las y los hablantes tienen conciencia del prestigio de su variedad lingüística y muchos aspiran e idolatran a un español perfecto que en verdad no existe. De hecho, la lingüista Lola Pons, en su libro El árbol de la lengua (2020) nos alerta acerca de estos prejuicios, comparando la aspiración de la pureza lingüística con la aspiración de una pureza racial.
“Así hablan los jailones”: El dilema de la /r/
Algunos prejuicios existentes con el español en Bolivia rondan entorno al dilema de la pronunciación del fonema /r/, el cual se ha convertido en un “tema de chiste y burla” pero también de discriminación. Una situación curiosa que sucede solamente entre las y los mismos bolivianos, porque cuando una persona extranjera ”pronuncia mal la R” casi nadie suele reírse.
Para comprender un poco esta situación se presenta una breve descripción fonética.
En el ámbito de la fonética las consonantes se describen en función de tres parámetros:
- Actividad fonatoria de la laringe: con vibración de las cuerdas vocales o sin ella.
- Modo de articulación: Disposición de los órganos articulatorios durante la producción.
- Zona o punto de articulación: Lugar del tracto oral en el que se ubica el obstáculo a la salida del aire.
De modo que siguiendo estos parámetros el fonema /r/ en español es un sonido consonántico sonoro, alveolar y vibrante, y puede ser simple o múltiple.
El contraste entre la r simple [r] y la r múltiple [ř] se produce únicamente en posición intervocálica:
pe[r]o – pe[ř]o
pero – perro
Existe la idea de que las personas jailonas pronuncian la ewre como gwringos, y lingüísticamente hablando, la diferencia entre la “r normal” y la “ewre jailona” se halla en el modo de articulación y el punto de articulación. Respecto a las diferencias, el fonema vibrante simple /r/ en inglés es un sonido vibrante que se produce a partir de la curvatura del ápice de la lengua y el toque de los alvéolos con la parte posterior. Mientras que en castellano al producir el fonema /r/, se realiza un acercamiento del ápice de la lengua a los alvéolos dentales a partir de un movimiento balístico.
Sobre el origen de la ewre, Alandia comenta que aún no se cuentan con registros en el área de la lingüística boliviana que nos ayuden a comprobar su verdadero origen:
Entonces… ¿por qué algunas personas hablan con esa ewre? La respuesta es más compleja de lo que parece y no se puede caer en una generalización. Inicialmente se puede pensar que alguien habla con esa ewre porque es jailona y quiere imitar acento gringo, sin embargo, sociolingüísticamente pueden presentarse diferentes matices.
¿De dónde viene eso de “hablar como jailón”?
«Esto ocurre en todas las sociedades, se llaman insultos sociológicos o insultos sociales, le dan muchos nombres. Se trata de que las clases populares empiezan a etiquetar a las élites. Entonces, en todas las sociedades vamos a ver alguna denominación para referirse a una élite, por ejemplo, cruco, cuico, whitexican, y acá jailón. De manera que no es solamente la crítica a la clase social desde abajo, sino también a una actitud frente a su relación con la identidad del país, porque normalmente se crítica a esas élites porque miran más hacia el extranjero, hacia el norte, y ven como modelos de identificación al europeo, al blanco, al anglosajón, entonces de ahí vienen las críticas y todas esas etiquetas y designaciones». Patricia Alandia
“Hablar como pitita” Vs ”Hablar como masista”
En Bolivia existen varios ejemplos mediáticos que se han viralizado en redes sociales donde se burlan de la forma de hablar de determinadas personas, de hecho, esto se ha llegado a politizar de tal manera que, si hablas de una determinada manera te acusan o asumen que eres parte de un partido político específico.
Un ejemplo de esta polarización nació en medio de la crisis política boliviana en el 2019, Pititas Vs Masistas. Por un lado, en el caso del grupo de “pititas” circularon unos videos donde se escuchaba la frase “¿Quién se rinde? Nadie se rinde.”, cuya pronunciación era con esa ewre jailona, explicada anteriormente.
Por otro lado, en el caso de “masistas” también circularon memes burlándose de la forma de hablar, específicamente, se burlaban de la omisión de la vocal -i en algunas palabras y su reemplazo por la -e.
«Justamente hay un meme que yo compartí y critiqué tenía que ver con eso, cómo está interferencia que hay con ética de la percepción de los sonidos desde el quechua al castellano, la no distinción no de las vocales a partir de las del sistema fonético quechua y aymara y su no correspondencia con las vocales del castellano. Entonces se empieza a tipificar, pero desde ese estigma con burla». Patricia Alandia
Este fenómeno nos remota al caso del aymara y del quechua. Hablar de la cantidad de vocales en quechua, es un debate sin fin, algunas posturas (lingüísticas y otras no tan lingüísticas) asumen que tiene las 5 vocales y otras que solo tiene 3.
De acuerdo al alfabeto normalizado del quechua boliviano, el quechua es trivocálico, tiene 3 vocales fonémicas /a, i, u/.
Esto se debe a que cuando se reduce una lengua a un sistema escrito se toman en cuenta diferentes criterios lingüísticos, como el principio fonémico. Para una persona ajena al campo de la lingüística e influenciada por el alfabeto castellano de 5 vocales la no existencia de las vocales estructurales /e, o/ resulta complejo de comprender.
Las vocales /e, o/ que escuchamos en algunas palabras del quechua son variantes de las vocales fonémicas /i, u/. Este caso solo sucede en una determinada situación, ante la presencia de la [q]. Como se observa en los siguientes ejemplos:
Qhilla – Flojo
Q´inti – Picaflor
Urqu- Cerro, Macho
Sunqu – Corazón
¿Cuál es el espacio apropiado para reflexionar acerca de estos temas relacionados con el lenguaje? ¿El colegio o la universidad? ¿Dónde y quiénes?
Entonces hay que apelar a ello, explicar las situaciones de manera muy sencilla por distintos medios para que llegue a la gente. La tarea es de las y los lingüistas, esa es nuestra tarea".
Finalmente, querida lectora y querido lector, te invitamos a reflexionar acerca de las prácticas lingüísticas clasistas o racistas, que como se ha visto a lo largo de la historia, solo contribuyen a la fragmentación e incremento de la desigualdad en nuestra sociedad.
Bibliografía
Lipski, J. (2007). El habla tradicional afro-yungueña.
Pons, L. (2020). El árbol de la lengua.
Mendoza, J. (2015). El castellano de Bolivia.
Entrevista
Mgr. Patricia Alandia Mercado. Lingüísta. Especialista en enseñanza del castellano desde un enfoque textual.
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Didáctico, educativo, reflexivo. Si vamos a evolucionar hacia una mejor sociedad tendremos que aprender a aceptar al otro y su hablar diferente.
Antes de burlarnos de la pronunciación Aymara/Quechua del campesino deberíamos entender que es su segunda lengua (cómo es nuestro nivel de inglés?) Perfecto? Lo dudo.
*La ewre sureña la escuché desde los 80, como referencia.
Me parece muy interesante el artículo. Estamos tan acostumbrados a escuchar o leer temas relacionados con la inmediatez política y económica, que quedan pocas oportunidades y también poco tiempo para reflexionar sobre algo tan importante.
Creo que es fundamental que estas reflexiones se difundan y generalicen, que nos hagamos concientes que desde la lengua y nuestra manera de hablar podemos generar brechas y diferencias, o puentes de encuentro. Me causa tristeza pensar y darme cuenta que la politización del lenguaje y de la manera de hablar, ha creado mayor fragmentación y discriminación entre bolivianos.
Gracias, muy interesante y clarificador. Saludos.