Como se observó en el mapa, la velocidad de internet móvil varía de acuerdo a la cobertura de banda ancha móvil o 4G, que está concentrada en distritos centrales y no cubre adecuadamente a las periferias urbanas.
Conclusiones
El crecimiento del área de tests entre el 2019 y 2021 muestra que el Internet tiene una mayor demanda en las áreas periféricas y que no es un bien de lujo o superfluo. El Internet se está convirtiendo en una necesidad de primera mano, al mismo nivel que otros servicios básicos como el agua, alcantarillado o electricidad.
Pero la velocidad de internet presenta desigualdades territoriales, pese a ser una necesidad masiva. Las desigualdades socioeconómicas y la falta de infraestructura de telecomunicaciones son dos factores que generan brechas espaciales. Las brechas digitales a la vez también se transforman en desigualdades territoriales.
Las ciudades están experimentando cambios acelerados con la digitalización, donde las actividades humanas que se realizaban en el espacio físico transitan al espacio digital. Este fenómeno se ha acelerado más con la pandemia del COVID-19, en el que las personas, para continuar con sus actividades cotidianas utilizan el internet. Sin embargo, en áreas urbanas como Cochabamba, como vimos en el mapa, el internet es precario y desigual
En este contexto, de creciente des-espacialización, en el que muchas personas dependen del internet para subsistir o educarse, no solamente se requieren proyectos que promuevan el acceso a Internet, sino también una planificación urbana que considera la calidad de este acceso.