Calles de mujeres en las metrópolis y ciudades capitales de Bolivia

Las ciudades y sus calles escudriñan fragmentos históricos y culturales de la sociedad que los construyó. Pero, a menudo, no nos preguntamos qué significan dichos fragmentos, qué pugnas por el control simbólico del espacio urbano expresan.

Este artículo es una investigación exploratoria que vislumbra una enorme desigualdad histórica que invisibiliza a las mujeres en la memoria colectiva y representación espacial de los espacios viales/urbanos de Bolivia.  

La nominación de las calles en las metrópolis y ciudades bolivianas expresan predominantemente conexiones de personajes históricos mayormente masculinos , espacios multiescalares (países, ciudades, lugares) y descripciones locales (fechas, letras, números).  Hay 4954 calles con nombre de varones, lo que representa un 37,30% del total. En contraste, solamente 467 calles poseen nombres de mujeres, es decir, un escaso 3,57%.

Al disgregar los datos por metropolis y ciudades, podemos observar cómo esta tendencia es símil en todos los casos. Predomina la nominación masculina de las calles,  que denota una visión patriarcal en la construcción de los espacios urbanos.

En los mapas puedes ver las calles con nombre de mujer en las diferentes áreas metropolitanas y ciudades capitales de Bolivia. Como también sus espacios de desenvolvimiento de las feminas más representativas

Áreas metropolitanas

En cuanto a las áreas metropolitanas, en Cochabamba, las calles homenajean a mujeres que se dedicaron a la política, religión y cultura; como también las figuras de las Heroínas de la Independencia y de la Coronilla. En La Paz, destacan los nombres de mujeres que se dedicaron a la cultura, principalmente a escritoras y periodistas. En Santa Cruz, más que todo, las calles llevan el nombre de santas de la iglesia.

La Paz

Cochabamba

Santa Cruz

Ciudades capitales

En las ciudades capitales, las calles con nombres de mujeres son más escasas aún. En Oruro, la nominación femenina representa solo el 2,5%, resaltando en la memoria a  Mama Ocllo, Bartolina Sisa, Adela Zamudio y Marina Nuñez Del Prado. En Potosí, se visibiliza a Adela Zamudio, Carolina Freyre, Esperanza Poope, Genoveva Ríos, Lindaura, Marcelina Castelu, Nelly Parada y Santa Teresa. En Sucre, destacan a Juana Azurduy de Padilla, Genoveva Rios y Santa Barbara. En Tarija, destacan nombres de Santas, mujeres literatas (Lía Monzon, Zulema Bass) y heroínas de la historia bélica. En Trinidad, destacan mujeres de la vida religiosa, como María Luisa Viera, Santa Ana, Fatima y Magdalena. Y en Cobija mujeres como Elvira Gutierrez, Rogelia Menacho y Madre Nazaria.

La visión patriarcal desde los espacios viales

El legado de las mujeres en la memoria colectiva de las ciudades ha sido minimizado e invisibilizado. Hay una gran brecha de género en la nominación de las calles, un hecho que se repite en todas las metrópolis y ciudades capitales bolivianas, sin excepción.

Los nombres de las calles no son elegidos de forma aleatoria, sino que se usan para construir identidades colectivas e imponer valores a los ciudadanos. Los nombres de las calles son un elemento dentro de un universo simbólico y de dispositivos identitarios que suelen usar los grupos de poder para imponer su visión de sociedad, en sus intentos por construir una comunidad imaginada. En este sentido, la nominación de las calles de las ciudades bolivianas responde fundamentalmente a una visión patriarcal, pues las calles con nombres de mujer son muy escasas en comparación a las que llevan el nombre de varones y, cuando una calle lleva nombre de mujer, generalmente suele ser una figura religiosa. Hecho que nos sugiere que la identidad colectiva urbana promueve el arquetipo de “mujer santa”, como ejemplo de feminidad.

También resaltan nombres de heroínas, como Juana Azurduy de Padilla o Manuela Gandarillas, mujeres que destacaron en algunas batallas por la independencia de Bolivia. Siguiendo a Walter Sánchez en su artículo Patriarcas, mujeres e imágenes de la nación y de la patria/matria, esto se debe a que la construcción de la identidad colectiva fue cambiando en distintos periodos de la historia Boliviana. Mientras que en el periodo que va desde 1810 hasta 1879, las élites patriarcales reivindicaban únicamente a figuras masculinas y se esforzaban por invisibilizar a las mujeres (excepto a las vírgenes y santas de la iglesia); desde la derrota sufrida en la guerra del Pacífico, se fue construyendo un imaginario de nación penetrado por mujeres. Desde entonces, el Estado comenzó a recuperar a algunas mujeres que se encontraban dentro de los códigos masculinos. Es decir, se rescató a aquellas mujeres aguerridas y belicosas (como Juana Azurduy o Bartolina Sisa), o letradas y que aportan con su desempeño académico/artístico a la cohesión nacional.

Si la historia de una ciudad puede ser leída a través de sus espacios viales, los nombres de las calles nos cuentan una historia androcéntrica donde se ha invisibilizado a las mujeres como si hubiesen estado ausentes en el proceso de construcción de la sociedad boliviana, donde las mujeres son valiosas si encajan en el estereotipo patriarcal.

El legado de las mujeres en la historia de las ciudades bolivianas

Existe un grave problema de información, pues muchas de las mujeres que encontramos en nuestro análisis, pese a ser figuras públicas, permanecen en el anonimato ante la falta de la información y el interés por estudiar y rescatar sus obras durante su vida. En ese sentido, intentamos rescatar breves fragmentos biográficos de las mujeres que dan nombre a las calles en las que transitamos día a día. Te invitamos a conocer la vida de estas importantes mujeres en nuestro explorador:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *